En Chile no había Escuelas de Cine. En 1976 se cerró la Escuela de Artes de la Comunicación de la Pontificia Universidad Católica de Chile, desapareciendo la posibilidad de realizar estudios sistemáticos en cine. Esta carencia de formación ciertamente afectó la capacidad expresiva de las películas chilenas. La Escuela de Cine de Chile se creó 1995 con el objetivo de resolver este problema ofreciendo formación sistemática, teórica y práctica a los jóvenes interesados por el cine y la comunicación audiovisual. La Escuela de Cine de Chile dicta desde entonces cursos regulares en todas las áreas.
Así sus fundadores, Carlos Álvarez Pineda y Carlos Flores, crean un espacio inédito en Chile para aprender y hacer cine, vinculando diversas disciplinas artísticas y centrando su método formativo en el hacer y la corrección permanente.
Esta Escuela fue forjada por cineastas y no empresarios de la educación. Esto equivale a que todo el esfuerzo no conduce a otra actividad que realizar obras cinematográficas, que los alumnos tengan la posibilidad de filmar y grabar cuanto puedan durante sus estudios, que los alumnos egresen con películas y no sólo con proyectos. Con esta convicción desde el año 1999 los estudiantes egresan cada año realizando largometrajes, alcanzando un promedio de 5 largometrajes por generación al presente año.